El Sitio de Tu Recreo

La crianza consciente

Nuestra escuela tiene como concepto pedagógico el que denominamos Crianza Consciente. En el que todo es por y para el niño.

Es muy importante estar atentos, preguntar a los propios niños qué necesitan de nosotros; padres y educadores, para acompañarlos en el camino. Y en el que resulta imprescindible observarnos a nosotros mismos, evitando trasladarles nuestras inseguridades, miedos y deseos propios.

Nuestra labor:

Acompañarlos a encontrar su propio lugar, autonomía e independencia

El lugar que defendemos en El sitio de tu recreo supone una apuesta por el trabajo en equipo. Formar un entorno favorable en el que familias y educadores proporcionen estabilidad a los niños. Supone realizar un trabajo individualizado con cada niño y con cada familia. Acompañar a las familias en la enseñanza de valores, aportando dirección pero sin intervenir en los ritmos de los niños.

Ponemos atención y observamos a cada niño en sus diferentes etapas evolutivas. Creamos un ambiente de confianza y seguridad para que desplieguen sus capacidades innatas, y para que expresen y nos muestren sus necesidades. Atenderles con respeto y cuidado.

Lo mejor para cada niño, pero también lo mejor para el grupo, teniendo en cuenta todos los aspectos del desarrollo en estos primeros años, como el intelectual, el afectivo y el social.

 

¿Cómo lo hacemos?

Los pilares fundamentales de nuestro proyecto son hacer lo mejor para el niño, el respeto por los niños, y el respeto por el padre y la madre.

Ofrecemos al niño un entorno de cuidado y protección coherente, en el que pueda mostrar y reconocer sus capacidades innatas, y crecer y desarrollar su autonomía de una manera confiada y segura.

Si hay una actividad que sea por completo gratuita es la de jugar. Jugar sin objetivo alguno por parte del que juega que esté fuera de ese enfoque, de esa consideración y de esa práctica. Tan solo el de entregarse a la invención y, con la autoridad de la imaginación, armar un mundo que se despega del mundo real.

Y nosotros, adultos, celebramos lo que sabemos al verlos jugar: que, felizmente, están desarrollándose, que están poniendo en marcha capacidades valiosas, vitales, dinámicas y estáticas; el movimiento, la coordinación, la autonomía y la concentración, entre otras muchas. El niño aprende jugando, de manera que el juego es su tarea por excelencia.

La alimentación de los pequeños tiene que ser de una gran calidad. Disponer, preparar y ofrecerles comida saludable hace que ingieran más nutrientes y se sientan más fuertes. Al hacerlo se sienten también más confiados, más seguros y con más energía, y estaremos favoreciendo de manera clara su vitalidad y su alegría.

Para la salud de cualquier niño, es tan importante lo que come, cómo alcanzar la autonomía en su alimentación. En una crianza consciente, proporcionar una alimentación variada, saludable y 100% ecológica es igual de importante que educar a los bebés en cómo comer, respetando sus ritmos y su desarrollo individual.

Esta es una de las necesidades básicas de los pequeños, y por lo tanto la de la autoestima, puesto que higiene y autoestima están relacionadas. Una y otra tienen que ver con el respeto y con la buena evaluación de hechos que nos afectan.

Los niños se ensucian, con la comida, el juego… Y hay que permitirles experimentar el estar sucio, para luego proponerles la experiencia de la higiene, dejarles disfrutar de su aseo, y con ello fortalecer esta relación esencial entre higiene y autoestima.

Uno de nuestros objetivos básicos es proporcionar a los bebés los espacios y tiempos adecuados, respetando sus ritmos y necesidades individuales, y facilitándoles todas las comodidades. Que descansen cuando lo necesiten, en un entorno óptimo y que facilite el establecimiento de ritmos y ritos.

Una de las cadencias que más suele costarles adquirir a los niños es la medida oportuna básica entre el dormir y el estar despiertos. Esa alternancia es irregular durante meses y se suceden fases muy inestables y precarias. La adquisición de la periodicidad regular deseable no puede serle inculcada desde el exterior, por el entorno, pues no depende de su medio ambiente. Tiene un carácter endógeno innato.

Son ritmos espontáneos que el adulto ha de reconocer en su cuidado, ha de atender tan solo, respetarlos. Más adelante, llegará el momento en el que podrá ir favoreciendo la adquisición de un ritmo regulado.

Y no podríamos hacerlo sin…

Nuestros proveedores, empresas conscientes y dedicadas a contribuir a la alimentación ecológica, los productos naturales, el amor por la ecología y la cooperación por la educación.