El primer día de guardería siempre supone un reto para los papás, los peques y los cuidadores. Tanto si es vuestro primer día, como si acabáis de volver de vacaciones, sabréis bien de lo que estamos hablando.
Es normal experimentar un montón de sensaciones (tristeza, miedo a cómo estarán sin nosotros e, incluso, cierta ansiedad). Pero los niños no deben percibir esto, sino todo lo contrario. Debemos transmitirles seguridad y alentarles con mensajes positivos como “conocerás a muchos niños” o “jugarás a un montón de cosas nuevas”.
Los niños son muy sensitivos y sabrán en todo momento si les estamos hablando con sinceridad. Por ello, es fundamental que estemos convencidos de la decisión que hemos tomado y que forma parte de nuestro camino de vida.
No estaría de más repasar los motivos por los que hemos decidido llevar a los peques a la guardería y por qué hemos elegido un determinado centro: confianza en el personal, buenas instalaciones, método de trabajo, enfoque del cuidado en la infancia… Todo ello contribuirá a que os sintáis con más tranquilidad y seguridad.
A continuación, os damos algunos consejos para facilitar la incorporación:
- Ir con tiempo y sin prisa. Sabemos que atender a los niños y llegar puntuales al trabajo, muchas veces no es tarea fácil. Pero recomendamos levantarnos un poco más temprano para desayunar, vestirnos y salir de casa con el tiempo suficiente para poder tener una actitud y unos movimientos más calmados, que permitirán que el niño llegue más relajado al centro.
- No alargar el momento de despedida. Entendemos que los primeros días puede resultar difícil separarnos de nuestros pequeños, pero no conviene alargar el momento más de lo necesario, es decir, es suficiente con: acompañarlo a la puerta, saludar a la/s educadoras, dar la información importante (cómo ha dormido, a qué hora crees que le tocaría la siguiente toma…) y despedirse.
- En relación con el punto anterior, es muy, muy importante no mentir al niño. Muchas veces, con la mejor intención, se piensa que decir cosas como “voy a estar aquí fuera mientras tú juegas” o “ahora mismo vuelvo”, ayudan a tranquilizar al pequeño. Sin embargo, esto no ayuda, pues podemos provocar que el pequeño esté pendiente de si estamos o no, o mirando constantemente a la puerta esperando vernos aparecer, en lugar de disfrutar con el juego y los otros niños. Recordemos que los padres sois las figuras más importantes para ellos, por lo que hay que ser sinceros y coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos, esto les dará seguridad (en ésta y en cualquier otra situación).
- La incorporación no debe coincidir con otro cambio importante para el niño. Por ejemplo, si estamos pensando en quitar el chupete, el pañal, cambiar de cuna a cama, o dormir en otra habitación, debemos dejarlo para más adelante. Así se irá adaptando progresivamente y se sentirá más seguro en cada uno de esos procesos.
- Cada niño es una persona única, y tanto él o ella como vosotros, lo viviréis de una forma diferente, que hay que conocer y respetar. Los profesionales intentaremos acompañaros a padres y niños y apoyaros en todo lo posible.
- Por último, si tenéis dudas, comentarios, sugerencias, ¡no dudéis en contarlas! La comunicación entre las personas responsables del cuidado del niño es muy importante para que haya coherencia en su entorno, en sus cuidados y se sienta más seguro.
¿Preparados para vuestro primer día? Si queréis compartir con nosotros algún que otro consejo para hacer que estos primeros días de guarde sean lo más fáciles posibles, no dudéis en dejárnoslos en comentarios.