Educar con serenidad

Educar con serenidad hoy en día es tarea harto difícil.

Cada vez es más frecuente ver a los padres perdidos en la educación de sus hijos, consultando miles de libros y preguntando a todo aquél que quiera opinar. Esto genera mucha confusión en el padre y una sobreinformación difícil de gestionar. Es aquí donde lo profesional y lo personal entran en conflicto y hacemos cosas forzadas, que no tienen sentido.

Ahora bien, ¿qué es lo que deberíamos hacer? En primer lugar, parar y pensar.

¿Qué camino de vida quiero para mi hijo y para mi familia?

Debemos hacernos responsables de nosotros mismos y dejar de ser tan influenciables por el ambiente. ¿Qué quiero hacer yo? Pero ¡ojo!, aquí debemos eliminar nuestro ego: no buscamos nuestro bienestar, sino el bienestar de nuestros peques. No queremos convertirnos en los mejores padres del mundo, sino tener los mejores hijos del mundo.

En este sentido, definamos 4 o 5 compromisos de vida. Y éstos serán nuestra guía, los que nos acompañarán todo el camino. Nuestro consejo: mejor pocos, pero bien definidos e interiorizados; que muchos y mal gestionados. Tener muchos compromisos provoca que tengamos prisa para poder llegar a todos y esto acaba desembocando en una educación con miedo y no desde la curiosidad

En el caso de El sitio de tu recreo, nuestros compromisos con el bebé son claros:  juego libre, comida sana (ecológica), descanso e higiene. Y, por supuesto, la observación directa de cada uno de los niños para poder atender sus necesidades particulares.

Pues bien, éstas u otras pueden ser tu camino de vida. Pero debes pensar qué es lo mejor para el niño. No porque te lo diga el vecino, o el amigo de turno. No, recuerda que tú y solo tú eres responsable de ti mismo y, por supuesto, de tu hijo. Así que elige lo que consideres que es mejor. Si optas por ejemplo por una alimentación ecológica, deberás preocuparte y buscar las opciones más naturales y sanas para poder ofrecer una comida de calidad. O si eliges una educación centrada en los niños, tendrás que buscar escuelas o centros que comulguen con tu forma de pensar.

Todo esto que decimos parece algo obvio, pero el ruido y las prisas de la sociedad moderna, hacen que muchas veces perdamos de vista nuestro camino de vida y acabemos, por ejemplo, eligiendo el colegio que tenemos cerca de casas porque es lo más rápido y cómodo para todos.

Una vez que tenemos definido nuestro camino de vida, todo va encontrando su sitio, y las cosas van cobrando sentido. Para ello, debemos tener una actitud tranquila, que nos permita transmitir estos valores a nuestros peques.

Y la calma es la actitud primordial para comunicarnos con ellos y entenderlos. Para sentir lo que ellos sienten.

Con ellos, nunca debemos racionalizar, son mundos diferentes y tenemos que comprender que el mundo del adulto y del niño no tienen nada que ver. Seamos humildes y sentémonos con ellos. Observémoslos y aceptémoslos. Teniendo siempre presente que ellos son PERFECTOS. ¿Y cómo nos comunicamos? Sin gritar, sin superioridad, sin prisa, sin miedo; con CALMA.

Debemos tener más confianza en nosotros mismos. Buscar el EMPODERAMIENTO PERSONAL. Hacernos responsables de nosotros, nuestros hijos y nuestras decisiones. Y decidir que éste sea nuestro camino de vida.

Joaquin Ortega

Joaquin Ortega

Educador, economista y escritor.

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