Suena fácil, pero vivir el presente del niño es una tarea compleja a la que se enfrentan madres y padres como tú. ¿El resultado? Vivir su infancia con miedos y ansiedad.
El presente del niño debe ser tu prioridad, no su futuro. Es algo a lo que normalmente no prestamos mucha atención, sin embargo es de crucial importancia. Joaquín, director de El sitio de tu recreo, ofrece una charla realizada en sus escuelas para compartir sus conocimientos y sugerencias sobre este tema.
¿Por qué te preocupa saber cuándo bebé va a caminar, hablar o pensar tu bebé? Empieza a disfrutar el momento presente que estás viviendo. Vivir en el miedo hace que tu presente no tenga sentido, por ello es tan importante dejar a un lado las cosas que no sabemos si pasarán.
Contenido
7 consejos prácticos para vivir el presente de tu hijo
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Presta atención a sus mensajes y escúchate a ti mismo
Es complejo no saber afrontar lo que te quiere decir. La clave está en darte tiempo y ser coherente entre lo que dices y sientes, ya que los niños y niñas son capaces de leer las emociones de sus padres.
Evita esconder la fragilidad o emociones que sientas que pueden mostrarte débil. Todo lo contrario, la naturalidad te une a tu hijo.
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Comparte tiempo de calidad con tu hijo e hija
El sentimiento de culpa es tu peor enemigo. Aparece cuando llegas a casa después de estar trabajando fuera todo el día o cuando las obligaciones te empujan a tener que dejarle con otra persona. Separarte de tu hijo no es tarea fácil y es normal que aparezcan miedos.
Para lidiar con esta situación, debes tener en cuenta lo siguiente:
Vive tu presente para transmitir paz y tranquilidad. Aprovecha el tiempo y espacio que compartes con tu hijo o hija. No te mates trabajando todo el día para darles “lo mejor” a tus hijos. Cuando ellos crezcan no recordarán aquellos juguetes caros que les compraste, lo que recordarán será el tiempo y los gratos momentos que pasaron contigo.
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Dar y ser un buen ejemplo
Aprende a ser una persona de verdad, que intente ayudar al mundo y bondadosa con su entorno, ya que el niño o la niña lo percibe todo.
Por supuesto, también perciben que habitualmente vamos demasiado deprisa, hay momentos en los que hay que disfrutar con ellos y también hay otros en los que te tienes que cuidar como padre o madre.
Las alarmas deben saltar cuando sientas que te descuidas, si lo haces, no podrás enseñar a tu hijo o hija a que lo haga.
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Establecer límites para el cuidado mutuo
Trazar límites en el hogar hace que los miedos desaparezcan, si no lo haces, los niños se sienten retenidos, sin libertad.
En ese sentido, es importante poner límites de seguridad para no estar todo el tiempo pendientes de los posibles peligros y gestionando pequeños miedos y conflictos con el niño o niña y esto nos impedirá estar al 100 % por él o ella.
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No sobreproteger y dar el espacio que necesita
Confiar, observar y acompañar. Estos gestos te ayudan a vivir el presente, marcan la diferencia en la crianza consciente de tu hijo. Hazlo desde la tranquilidad de que siempre vas a estar acompañándolo o acompañándola.
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Trabajar la rigidez y la coherencia
La rigidez te lleva a vivir en conflicto, puesto que si tu hijo se sale de la línea marcada, vendrá el enfado. Trata de fomentar la confianza y marcar la dirección con tranquilidad, sin presión. Esto va muy ligado a la coherencia de tu día a día para vivir en sintonía, por ejemplo, estableciendo horarios, ritmos de comidas, descanso, actividades semanales etc.
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Evita los gritos
Hay mucho por desaprender sobre este tema. Gestionar tus propias emociones para poder conectar desde la tranquilidad con tu hijo. Los niños y niñas buscan referentes firmes, tranquilos, que les puedan acompañar (también en sus fracasos).
Por último, reflexiona sobre cómo las expectativas te llevan a tomar decisiones que perjudican a tu hijo, cómo esas actividades sin sentido (sólo para que el niño no se aburra, para que los padres puedan trabajar…) ¿El resultado? Niños inquietos,una de las grandes problemáticas actuales.
Cada vez que pensamos en el futuro, nos estamos olvidando del niño o niña que tenemos delante.